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25 feb 2013

Las leyendas urbanas del Tarot

¿Quieres saber tu futuro?, llámame! Ese es el anuncio que pongo los martes en mi Facebook, con el teléfono fijo de la emisora donde colaboro y leo gratis el tarot, a todo aquel que lo solicita, durante el tiempo que estoy en antena.

Y lo que me sigue sorprendiendo es que las personas creen que todo está escrito y lo único que hay que hacer es sentarse a esperar…! Para nada!

Para mí, lo que me aporta el tarot, no es sólo una visión de futuro, sino un reflejo del propio inconsciente y de aquellas energías latentes a nuestro alrededor, que no logramos captar de forma clara y precisa.

Suelo bromear diciendo que el Tarot es gallego, y con ello me refiero es que nunca te dice un sí o un no rotundamente explícito. Porque la verdad absoluta no existe, todo tiene matices, hasta el blanco, sino mira un muestrario de colores…blanco roto: ¿eso qué es?...¿cómo un color se puede romper?.

Leerse el tarot es buscar alternativas u opciones que tu no ves con claridad, pero que de alguna manera intuyes. Cuando te sientes en una encrucijada y realmente estas bloqueado, necesitas una mano que te guie y te ayude a sacar de tu interior esa esperanza o ilusión perdida…

El tarot es un lenguaje, un código, cada carta representa una cualidad, experiencia o etapa de la vida.

El tarot es una experiencia de vida, nacemos como el Loco, una potencialidad absoluta en estado puro, con el Mago comenzamos cualquier proyecto, la Papisa nos dota de calma, receptividad y un tipo de fémina, paciente, callada y reflexiva, que contrasta con la Emperatriz, una mujer totalmente opuesta en modos y formas, el Emperador marido por antonomasia de la emperatriz, representa el orden y lo concreto. El Papa como puente entre el poder espiritual y el humano, otro prototipo de energía masculina. Con los enamorados nos bifurcamos en una dicotomía al más puro estilo de Shakespeare. El carro nos induce a continuar, mientras que con la Justicia encaramos los pros y contras y sopesamos aquello que es justo, moral y ético. En el Ermitaño encontramos un momento de soledad, de introspección pero también el guía y el sabio que nos dice: paciencia. La rueda de la fortuna nos hace darnos cuenta que somos una pieza más del universo, momento de dejarnos llevar…todo está en manos del destino. Con la fuerza aprendemos que si nos conocemos y controlamos tendremos más opciones. El Colgado representa un impass, un momento de dar la vuelta a todo y cambiar la perspectiva, nos bloquea y para, pero antes de morir al Ayer y nacer al mañana hay que meditar. Con la Muerte ya estamos preparado para ese cambio que nos puede llevar al cielo: la Templanza, o al infierno: el Diablo. En la Torre nos liberamos de aquello que nos aísla del mundo, son cambios externos que a veces no nos da tiempo a reaccionar. La Estrella nos habla de fe y esperanza. La Luna refleja nuestros miedos y el subconsciente. El Sol es la vitalidad y el optimismo. Con el Juicio la verdad se nos revela, es el momento liberarse de medias verdades y mentiras que nos lastran. Sabemos lo que queremos. El Mundo es el logro y consecución de todo. Un momento de felicidad y recompensa…Pero la vida comienza de nuevo con el loco…una vez que ha recorrido el camino, busca otra meta, otro territorio que conquistar, una nueva experiencia que vivir, con la fe de cada equivocación le ayuda a crecer…

Solo te doy un consejo: “el Tarot es un buen sirviente pero un mal amo”. No condiciones tu vida a los consejos de nada o nadie…escucha a tu corazón.
@CristinaMarley