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10 dic 2013

Llaves, nudos y mi abuela María

Hace ya varias semanas que estoy preparando un artículo sobre el Feng Shui, pero siempre hay  algo que me lo impide, no porque me interrumpan, ni otro tipo de situaciones, sino porque comienzo a aplicarlo en mi casa y no paro quieta. Siento que no puedo hablar de algo sin experimentarlo, vivirlo. Mientras armonizo la energía de mi casa, puedo compartir otras vivencias y situaciones. Aunque está resultando ser el artículo que más trabajo me está dando, y no en el sentido metafórico. No obstante, como siempre hay que buscarle un lado positivo a todo, seguramente tendré una contractura lumbar…pero me está quedando una casa con muy buen “Chi” ( energía ). Dos meses atrás, mi hijo mayor tomó prestadas mis llaves – incluidas las del coche- y las “despistó”… en un principio no quise darle mucha bola al tema, y sobre todo para evitar enfadarme me dije : ya aparecerán … Sinceramente, más de una vez me imagine que se llevaban el coche y entraban en mi casa…pero bueno…Hay que tener fe. La premisa básica del feng shui es una limpieza y orden de la vivienda, sin dejar un solo rincón en el que se puedan estancar las malas energías. Armonizo todo, limpio, ordeno y rebusco por todos los rincones posibles…y ¡nada!, entonces es cuando acudo a “San Cucufato”…le hago los tres nudos al pañuelo, rezo: “San Cucufato, San Cucufato, con este pañuelo los huevos te ato y hasta que mis llaves no aparezcan no te los desato”… El domingo, podando los arboles del jardín y quitando hierbas del césped, aparecen mis llaves. Rápidamente, fui a desatarle los nudos al pobre Cucufato no se fuera a enfadar conmigo… ¿Quién es San Cucufato? Según la Wikipedia: Cucufato , Cucufate o Sant Cugat, santo cristiano que predicó por la Península Ibérica alrededor del siglo III. Nacido en Scillium (Provincia romana de Cartago) en el año 270, predicó el cristianismo por la Península Ibérica, entre otras en la ciudad de Ampurias, hasta que la autoridad romana le condenó a la muerte. La leyenda dice que primero le abrieron el vientre y le sacaron las tripas, pero que él se las metió de nuevo dentro del abdomen que se cosió con un cordón. Luego el emperador Galerio lo condenó a la hoguera, pero supuestamente el soplo de Dios apagó las llamas. Después lo encerraron en una mazmorra, pero los carceleros se convirtieron al cristianismo. Finalmente la leyenda dice que Dios permitió a San Cucufato -cuyo deseo era acceder al cielo por la vía del martirio- que lo degollasen. En su nombre se ha bautizado la localidad de San Cugat del Vallés (Provincia de Barcelona) y el Monasterio de San Cucufato de la mencionada localidad. La historia me cuadra totalmente porque fue mi abuela, que vivió largas temporadas en Barcelona, la que me hablo de él, y es que a la pobre no le quedaba otra, ya como soy tan inquisitiva, en una ocasión que vi un pañuelo anudado, no paré hasta que me explicó la utilidad y el servicio que le prestaba. La Magia de los Nudos A lo largo de la historia de la Magia, hacer un nudo era hacer un hechizo, y desatarlo equivalía a liberar el hechizo o romper la magia. Para los egipcios, los nudos simbolizaban el control o la liberación de las fuerzas constructivas (positivas) o destructivas (negativas). Fue también el emblema de la diosa Innana (en la mitología sumeria era la diosa del amor, de la guerra y protectora de la ciudad de Uruk). También se tomó como una alegoría de la autoridad, y lo representaban encima de un bastón, evolucionando como el báculo de los Obispos. Los judíos prohíben hacer nudos durante el “Sabat” (séptimo día de la semana) para evitar que les coarte su masculinidad. Esto me recuerda a la bruja Lola y su mítica frase: “te voy a poner dos velas negras ” a la que yo le añado en broma la coletilla ¡ que no se te va a levantar en la vida ! .Y es que como dice el refrán: ” Cuando el río suena, agua lleva. “ @Cristina Marley