Páginas

17 dic 2016

Venus en Acuario 2016: Libertad para amar, Papisa – Luna versus Emperatriz-Venus

Cada tic-tac es un segundo de la vida que pasa, huye, y no se repite. Y hay en ella tanta intensidad, tanto interés, que el problema es sola saberla vivir. Qué cada uno lo resuelva. (Frida Kahlo) Hace tiempo hablando del Tarot, os diferenciaba la Papisa de la Emperatriz, dos prototipos de mujer que siendo contrarias en sus aspectos psicológicos, se complementan al ser dos caras de la femineidad o lo que es lo mismo, del arquetipo femenino. En la astrología hablaríamos de la Luna y Venus. La Papisa es una mujer, eminentemente Lunar, de hecho, en muchos tarot aparece representada pisando una media luna blanca. Es la madre por antonomasia, al igual que la Luna es empática, capta y se mimetiza con los sentimientos de la otra persona, aunque no siempre lo hace sin más, intenta crear un vínculo, una necesidad que genere una obligación en la otra persona. Para mi es la típica chantajista emocional, cuando no cedes a sus pretensiones empieza a reprocharte todas las cosas que hizo por ti, todo lo que se sacrificó y la devoción que te profesó. Necesita ser deseada y querida, pertenecer a alguien, tener una familia. La Emperatriz está representada por Venus, una mujer que va de frente, se valora, se quiere y se sabe bella e inteligente, no necesita que nadie se lo reafirme, tiene autoestima, seguridad en sí misma. No espera sentada en un bailen a que la saquen, ella decide con quien baila, y a quien seduce. Ella tiene claro que el sexo es para disfrutar, no para complacer como haría una Papisa Lunar. En una Carta astral, la luna representaría nuestras necesidades emocionales sobre todo, mientras que Venus nos indica que es lo que valoramos o deseamos, todo aquello que nos da placer, qué necesitamos para sentirnos bien. R. Glasscock, destaca el parecido del símbolo de Venus con un espejo de mano, y lo que cada uno valora es su propio reflejo que <> Y sin embargo, muchas personas tienen problemas para definir sus valores, sus necesidades y deseos, quizás por el concepto trasnochado de pecado, que tiene todo lo que produce placer, fruto de nuestra educación religiosa Judeocristiana. Al igual que la luna nos influye a nivel emocional a su paso por los distintos signos del zodiaco, los tránsitos venusinos son muy importantes a nivel de valores personales, de relaciones con otras personas y para mí sobre todo para ver nuestro propio nivel de satisfacción. Venus recorre los doce signos del zodiaco mimetizándose con cada uno de ellos siempre desde su enfoque de “femme”, hasta hace unos días, ha pasado por el signo de Capricornio. La pobre diosa después de haber sentido la “joie de vivre” (alegría de vivir), la actitud aventurera teñida de filosofía del mundo de los centauros, pese a esa la inestabilidad emocional que les produce, vivir en un mundo rutinario, con el hastío que provoca una sucesión de días grises, llenos de palabras y situaciones vacías, un hacer por hacer, carente de emociones vertiginosas, pero una Fe en el futuro y en “mañana será el día”. Venus ha sido feliz, se ha sentido libre, por eso aquí la diosa no quiere compromisos, está abierta a todo tipo de oportunidades que la vida le brinde y no hace falta decir, que tiene las maletas preparadas para salir corriendo a coger un tren o un avión que la transporte o a un lugar lejano a disfrutar del momento. Ha pasado de la libertad de elección en el mundo de Sagitario, a la realidad pura y dura del gélido castillo en lo alto de la montaña del mundo de estos hijos de Saturno. En mi “Semana Lunar “ escribí esto sobre este cambio de energía de la diosa Venus: “Aquí la chica valiente, audaz, atrevida y aventurera que era cuando estaba en sagitario, se convierte al tomar contacto con la energía de Capricornio en una persona dubitativa, indecisa y vacilante. Pero Venus, la diosa de la belleza y la armonía, de los valores no puede mostrarse así frente al mundo, se envuelve en la máscara de persona importante, inaccesible y arrogante, llevando la altivez y el orgullo como bandera. Dentro de sí, late un corazón deseoso de dar amor y sentir cariño pero su necesidad de protegerse, y no poner de manifiesto su miedo a resultar herida le hace actuar de esta forma tan alejada del amor y la ternura. Las relaciones que se forjen bajo esta energía deben luchar contra esta mascara de frialdad y reserva. Y aunque la situación sea lenta…merece la pena esta espera por la lealtad y la consagración que otorga este amor. Por otra parte, mal aspectado el baremo de esta venus puede basarse en lograr ganancias de tipo material, ascensos sociales sin tener en cuenta los sentimientos. Lo positivo de esta influencia, desechamos las relaciones frívolas otorgándole un lugar más formal, desechando los flirteos, coqueteos y amores de una noche. Consolidación de relaciones.” Desde el punto de vista psicoastrológico, yo creo que las mujeres hemos aprendido a valorar nuestras necesidades, anteponer nuestros deseos y a dilucidad, sin las emociones que tiñen nuestra decisiones, qué queremos de una relación, hasta donde estamos dispuesta a dar, sin traicionar nuestra esencia femenina, desde la libertad de no necesitar, desde la autosuficiencia y conocimiento que somos personas completas, no necesitamos muletas ni lastres, sino un compañero de viaje que nos acompañe. Con Venus en Acuario: Ahora, sabemos lo que queremos y estamos dispuestas a transformar nuestros deseos en prioridades, necesidad de comunicarse a nivel verbal, ahora no valen las medias palabras ni la sutilezas, nos relacionamos de una manera lineal, cara a cara, de igual a igual, tomando como premisa básica la amistad., pero categorizando la relación, es decir, aquí la libertad no significa amor libre, el “flower power “de los años 60. La Venus acuariana es alegre, juguetona e instintivamente coqueta pero sin más interés o intención porque para ella la lealtad a sí misma está en la confianza de saber que su pareja la espera sin celos ni historias raras, el amor tiene como base la libertad, desde el desapego. Lo cual me recuerda a Jorge Bucay cuando habla de que una pareja son tres, tu mundo, mi mundo y el mundo que creamos entre los dos, aquí cabe ese concepto de un amor de corte acuariano, el estar con alguien porque realmente se desea, y elegir cada momento estar con ese alguien… Yo tengo Venus en Acuario, y no soporto los celos, me encanta interactuar con varios grupos con la certeza de que en casa me espera mi chico deseoso de abrazarme y que le cuente mis historietas tipo Sherezade. No esperes amores civilizados con recibos y escenas de sofás, mi canción favorita del maestro Sabina, que refleja a la perfección que compromiso quiere esta Venus, porque aunque he leído a muchos astrólogos decir que Venus en Acuario no quiere compromiso, eso no es cierto, sí lo queremos, solo que con una persona que cumpla los requisitos: ” Y morirme contigo si te matas. Y matarme contigo si te mueres” Yo quisiera aprovechar la oportunidad que los medios de comunicación me brindan de recordaros compañeras, mujeres, hombres con su parte femenina muy desarrollada (el ánima de la que hablaba Jung). Que reflexionéis sobre lo que realmente buscáis y necesitáis en una relación, no os conforméis con minutos arañados a base de insistir, que el amor no se pide, es algo que debe fluir libremente. Si una persona no tiene tiempo para ti, no te busca, no te llama ni se acuerda quizás sea el momento de cerrar esa puerta. Y sobre todo quererte a ti misma, porque mientras estas revolcándote el lodazal de mil excusas que te das para justificar lo verdad: no le importas, y estás perdiendo minutos de tu vida preciosos, tal y como decía la cita de Frida Kahlo que da inicio a este post, vuelve a leerla. No te comportes como una madre o una asistenta cocinándoles, planchándoles, eso no lo hacen más que las mujeres Lunares, saca tu diosa interior y recuerda que te lo merece todo, el mejor vestido, el mejor restaurante el mejor amante, aunque para ti el mejor sea una cita con el Oso Yogui en el parque de Yellowstone. Me gustaría terminar compartiendo con vosotros una anécdota “curiosa”. Los que me conocéis sabéis que colaboro los Martes en un programa de radio donde en directo leo el tarot gratuitamente a los oyente, obviamente también doy mi teléfono para consultas privadas. Me llama una señora de unos setenta y pico años, bien largos: -Hola buenas tardes quisiera saber sobre un hombre llamado José que hace mucho que no me llama y no sé nada de él, me llamo María y no puedo hablar mucho, porque tengo gente cerca… Me doy cuenta que la señora creía que yo continuaba en la emisora o en” free time”, así que como yo también tenía prisa, y me dio pena esa ausencia silente de su caballero, le eche una tiradilla: -María, no te preocupes de nada porque José te vuelve a llamar, ha estado un poco achacoso con sus problemas personales, y con pocas ganas de comunicarse, pero eso no significa que haya dejado de pensar en ti. -Gracias hija, que alivio tan grande,? puedes mirarme ya que estamos la salud? Ya que estamos…se lo miré: -María, te siento depresiva, con problemas cardiacos, todo derivado de tu falta de ganas de vivir, pero es una cuestión emocional, pronto se volverá a poner en contacto y reanudar vuestra relación, ¿No querrás estar enferma y perder la oportunidad? ¿Verdad? Pues a quererte, cuidarte y mimarte… Ya a estas edades hay pocas oportunidades, pero mientras hay vida hay esperanza. La señora María, toda feliz me da mil veces las gracias, porque efectivamente, las llamadas de José era la motivación que la mantenía con ganas de vivir…Y me dice: - Hija, te tengo que dejar porque viene mi marido… @Cristina Marley