Al principio no lo entendía, yo que tanto te ayude, tantas horas te consolé, tantas lágrimas te sequé…y nada te cobré….
Y desgraciadamente, me he dado cuenta que no todo el mundo se merece nuestra ayuda, que por culpa de estos “tóxicos”, habrá personas que no puedan acceder a mí en particular u otro compañero en general.
Que sus problemas solo son el reflejo de su interior, una maraña de rastrojos, mohosos y corruptos, de corazones desecados, cuerpos sin almas…y en definitiva: sepulcros blanqueados… que van por el mundo dando una imagen de indefensión…víctimas de un mundo que lo trata como un saco de boxeo.
Se nos pegan como sanguijuelas, reclamando atención y dedicación casi exclusiva. Nada es más importante que su dolor, sus penas y su vida…te doran la píldora con:” solo tú me entiendes”,” te necesito”, “ayúdame, sin ti me hundo”…
Continuos chantajes emocionales en los que caemos, en mi caso dada mi empatía y falta de maldad. Pero conforme van saliendo a flote, les molestas, eres el testigo silente de sus miserias, el cabo suelto, y como un asesino a sueldo te acribillan para evitar que con algo o alguien los delates.
Y en realidad, esa actitud esconde su vileza, su mala conciencia y sobre <strong>todo su miedo a ser expuestos públicamente.</strong>
Y yo te digo: “quien nada debe, nada debe temer”, y para mí, <strong>todas tus palabras son secretos de confesión</strong>, y valgo más por lo que callo que por lo que cuento. Y si tú te crees que “vilipendiándome”, vas a restar prestigio y solidez a mis palabras te equivocas, una reputación no se hace en un día…
Si alguien te habla mal de mí…pregúntale que me debe…
Y Recuerda: “Si ni siquiera Jesucristo caía bien a todo el mundo, imagínate yo”
@Cristina Marley.