“Ay ay ay, como me duele el amor
Ah ah ay, corazón espinado
Como duele…”
Estos versos de una canción del fabuloso grupo “Maná” ,sintetizan el momento de este “corazón anestesiado” como lo he querido bautizar ,para evitar etiquetas o personalizaciones.
Acaba de cumplir medio siglo, y ha cerrado su corazón con un enorme candado de 7 llaves, y un pestillo por si acaso el destino es caprichoso y juguetea con él, tentándolo para ponerle otra zancadilla.
Es un hombre con miedo a sufrir por amor, ¡Ay!, con lo bonitas que son las canciones tristes, los versos de amores sangrantes, amores no correspondidos, jirones desgarrados del alma plasmados en papel mientras la persona lucha por expresar su desazón entre lágrimas y desanimo.
Cuando se es feliz se vive, se ríe con amor, se desayuna con amor…se merienda y se cena. Caemos en la cursilería edulcorada del júbilo del enamorado, todo es más liviano, suave…carece de la densidad y de la profundidad que otorga el desamor.
El me llama y me pregunta ¿qué le depara el futuro? Y yo le digo: buscas la racionalidad, dejar de lado los sentimientos viscerales, te focalizas en mantener el control de tu existencia, no quieres ser un títere del destino, sino el tramoyista de esto que llamamos vida.
Y está de acuerdo conmigo, quiere ser libre de sentimiento, de penas y pesares, así califica al amor …pobre iluso… Porque en los naipes que el destino me hace barajarle, siempre le aparece una persona, que entra en su vida, con sutileza se apoltrona en ella y quita esa gran coraza que es hoy su corazón.
Él puede ser el protagonista de su obra, metafóricamente hablando, el co-creador de su vida. Pero el que maneja los hilos no es el sino como le quieras llamar: el Azar, Dios o el destino…
Siento lastima de esa pobre fémina que no sabe la prueba tan grande que quiere ponerle la vida, lo positivo es que realmente, este señor, caballero o corazón espinado, en el fondo de su alma late una vocecita que dice, estoy vivo, sí dormido, sedado, anestesiado pero aun lato, tengo vida…no estoy muerto. Y como hay vida, hay esperanza, y volverá a latir, con fuerza, con ganas con hambre de amor…
Ya me contará y escribiré la segunda parte.
Pero mientras me gustaría que reflexionemos sobre lo absurdo que es pretender vivir poniendo cerraduras, muros y distancia al “sentir”, y todo porque en el camino de la vida alguien, no supo querernos como nos hubiese gustado que lo hiciese.
Hay que perdonar y olvidar y quedarte con “no lo supo hacer de otra forma”
Empecé con unos versos de la canción del Grupo” Manà” y finalizo como la misma canción:
“Como me duele estar vivo
Si tenerte a un lado, amor…”
@ Cristina Marley